Todos tenemos tiempos malos, revueltos, tristes, depresivos...
Y a Dios gracias; las fiebres sirven para ahuyentar a los malos cuerpos, a aquello que nos hace daño. Todos sufrimos esa parte de la vida que nos jode tanto y que tan mal nos lo hace pasar.
Y de verdad, a Dios gracias.
Puedo decir, que en la peor época de mi vida, he conocido a las mejores personas; sin duda.
Cuidado, la familia no cuenta; esos ahí estan desde que naces; no los puedes evitar, son como el color de tus ojos, para siempre!
Pero decía; que en las peores etapas, he conocido nuevos amigos; amigos increibles, que siguen estando aqui; nuevas historias, nuevos amores, amores de pelicula; y a ellas; han nacido las niñas más bonitas de mi vida...
Y aqui paro un momento...
Que rabia no haber estado en pleno entusiasmo para regalarles toda mi sonrisa nada mas nacer; que rabia que fueron ellas las que me garabatearon la mejor sonrisa, la más sincera, la que sale sola, la que no cuesta! Me la garabatearon digo, porque no existia; estaba borrada. Que la primera llegó como una tormenta de aire caliente y una lluvia de lagrimas en alerta de una alegria permanente!
Y la segunda como una puntilla, como si la primera no fuera suficiente; cuando mi cuerpo dormía desilusionado; salió al mundo en una ola de mar embravecido hasta ponerme; ahora si; en alerta de que los tiempos felices han llegado!
Dos niñas, dos coronas nuevas para nuevas glorias; dos sueños iluminados en forma de tirabuzones y mejillas rosas.
Y volviendo a la tristeza por un instante; me di cuenta que en el peor de los momentos; mi corazón de roble se hizo grieta, se desplomó el sauce de la creatividad imparable de mi mente; y murió en una tristeza insondable que menos mal que no me dejó muerto.
Mi corazón se rompió inundando sangre, y ahogó a mas de un ser querido a mi paso...
Aunque es cierto que esa sangre derramada levantó nuevos amores; de los que hablaba antes y que ya es mejor no hablar; para que no desaparezcan.
Porque a los amores buenos, no hay que dejarles que terminen como suelen acabar mis cuentos!
A Pacho le encantaba bailar!
Él bailaba tangos. Si hubiera nacido ahora bailaría reggaeton; (menos mal) pero él bailaba tangos. Con un tocadiscos en su habitación, se agarraba al aire y lo hacia bailar a como si fuera una bella muchacha argentina.
Aprendió de su madre; su madre bailaba tangos en el salón cada mañana. Pero a ella de vez en cuando le acompañaba papá.
Una noche Pacho acompañó a su padre al bar de sus amigos. Allí sonaban tangos de vez en cuando. Esa noche, una hija del tabernero se puso a bailar con el borracho del pueblo. Pacho la miraba boquiabierto; ella bailaba igual que el aire de su habitación.
Y en una de esas que Pacho bebía un trago del mosto tinto que tomaba; una mano de seda le agarró del dedo gordo de su mano derecha y lo sacó a bailar.
Él rompió en una nube de estrellas al son de una canción argentina que marcaba los pasos que tambaleaban las caderas de la hija del tabernero.
Pacho no alcanzaba a mirarla a ella. Pero despues de aquella canción; la chica alzó su mentón sin soltar el dedo gordo de su mano derecha; le acarició la mejilla; y besó la comisura del labio de Pacho, en su parte izquierda.
Desde aquel día; Pacho tiene el nervio del labio de arriba muerto; se le arruga cada vez que hace una mueca.
Son los restos de aquel primer beso...
El amor que he conocido en esta vida, ha sido tan inevitable como el color de mis ojos; como la forma de mis labios, como el sabor de los suyos.
PD: He vuelto por vosotr@s; mis amores innegables!
FZG
Mi otro blog: http://capitanpagano.blogspot.com.es/