La primera vez que me despedí de una mujer por mi mismo
acabe implorando su perdón
y me perdonó con un polvo sin amor.
Duró mas el castigo
que un café caliente, sin azúcar ni bombón.
Por eso decidí no despedirme nunca y que me despidan,
para ser yo el que tenga que perdonar si quiero,
a la mujer que me suplique de rodillas
que vuelva otra vez a donde ella guarda mis mejores recuerdos.
Hace ya un par de meses
que al borde de una hoguera me queme con una cerilla;
y aun perdura la llaga en mi dedo corazón.
Mientras ahora hurgándome en la herida,
he vuelto a quemarme niña, mientras me pedías perdón.
Adiós a un blog que ha perdido mi encanto,
para saltar a otro retablo.
Nos despedimos de aquí pero nos vemos en otra parte,
quien sabe donde,
si en mi cama o en la tuya,
o en las escaleras de un bloque.
Que mas da,
si las palabras no se me gastan,
para mentir aun mas,
o decir simplemente la verdad.
Y si te sirve de algo lector,
tengo muchas ganas de decirte todo,
y ya me estoy arrepintiendo de dejarte,
quizá vuelva si me perdono
porque hoy me vuelvo a despedir;
yo.
Nos vemos en el teatro; que de ahí si que no me despido;
aunque me echen.
FZG
Bueeno... esto ya es una tortura Franz... es q no... no puedes dejar de escribir sabes xq? Xq kiero seguir leyendo lo que me cuentas... asi que ya estàs planeando la siguiente entrada...
ResponderEliminarYo que quieres que te diga...que no me canso de leerte...y que cuando tardas mucho en hacerlo...releo las entradas antiguas, los comentario...todo. Espero que esta despedida sea solo temporal...como ya paso otras veces....ya que sini, no me acostumbrare a no comentarte como he estado haciendo hasta ahora.
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