Mi rutina de cada día es como una rampa, pero a mí me cuesta mucho más bajarla que subirla.
Como la rampa que tanto me cuesta bajar cada día. Es una calle de Madrid, que tiene una pendiente enorme, yo bajo con cuidado cada mañana mientras escucho la música de Un ciclo sin fin del Rey León. Mientras bajo, a mi izquierda están todos los coches aparcados, no hay un solo hueco libre. Un amigo hindú me saluda, yo le saludo. Mientras sigo bajando, dos negros discuten en su lengua africana. Ya casi estoy llegando a la plaza, y antes veo a unos adolescentes sudamericanos que se ríen entre ellos. Cuando llego a la plaza, todos aquellos que he visto antes, se lo pasan bien en un banco, otros discuten, pero ningún español se mezcla con ellos. Entro en mi trabajo; ya he llegado.
Igual que entro salgo. Ya es de noche, y no hay nadie en la plaza, solo un madrileño borracho en el banco. Empiezo a subir la cuesta para volver a casa, unos adolescentes hindúes se divierten, más arriba dos sudamericanos discuten entre ellos con su acento guasón. Llegando a mi casa me saluda un amigo negro, yo le saludo. Los coches ya no están aparcados a mi derecha, quedan todos los huecos libres. Termino de subir la rampa que tan poquito me cuesta subir cada día. Soy un español mezclado con ellos. Entro en mi casa; ya he llegado.
Cuando llego a mi casa, allí están ellas, con esa gran sonrisa, de una punta a otra punta, me dan un halago y yo me sonrojo, me hacen la misma pregunta de siempre, yo contesto lo mismo. A veces ellas son mi única sonrisa.
Pacho me conto, que cuando él nació, no había nada, solo árboles. Cuando él se iba a dormir, no tenían que apagar la luz, tenían que tapar la luna. Pacho nació con un solo dedo en la mano derecha; era el dedo gordo, y siempre lo tenía metido en la boca. Me contaba que su madre hacia purés para él para que comiera, pero no comía nada. Hasta que un día su madre descubrió una manera muy peculiar de hacerle comer. Le sacaba el dedo gordo de la boca, Pacho lloraba, entonces su mama le bañaba el dedo en el puré y le soltaba la mano. Entonces Pacho, se metía el dedo en la boca rebañando todo el puré. Y así, una y otra vez, Pacho se comía todo el puré. Con el dedo gordo de su mano derecha; la mano que solo tenía ese dedo. Pacho no era zurdo, era diestro. ¿Qué cómo se las apañaba con un solo dedo?
Es largo de explicar; mejor de eso, hablamos otro día.
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FZG
Creo que no hace falta decir que... ¡ME ENCANTA! :') Quiero máaaaas. Ya soy oficialmente una fan de Biografái Experimental, jajaja.
ResponderEliminarY ya sabes que me encanta ese FZG del final :D
ASM xD
YO AHORA MISMO TENGO QUE ACABAR DE REACCIONAR... QUE PUEDO DECIRTE??? NO TENGO PALABRAS, ASI QUE EN CUANTO LAS TENGA TE DIGO
ResponderEliminarJooo me ha encantado , ahora me vas a tener enganchada aki tb?? de verdad... esperando el capitulo 2
ResponderEliminar¡Me encanta! Está genial y me encanta como escribes, espero que no nos tengas mucho esperando para el siguiente capítulo. jaja
ResponderEliminar¡Sigue así! :)
Un besito hermoso.
:o que biennn!! relataaaas!!! pude imaginarme la calle!! y todo lo q sucedia !!! aparte me encanto que hayas puesto la foto al final!!!!!! FANS!!!!! MAS Q FANS!!!!! ME ENCANTOOOO
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